lunes, 22 de noviembre de 2010

Cafetaleros exigen legislar acto cooperativo y fiscalizar a verdaderos evasores

Poner en vigencia la figura del “acto cooperativo”, con la cual el intercambio entre socios y sus cooperativas deje de ser considerado “acto comercial” y en consecuencia se ponga fin a los cobros indebidos de impuestos reclamó el gerente general de la Central de Organizaciones productoras de Café y Cacao del Perú (Café Perú) Café Perú, Ing. Geni Fundes.

El directivo manifestó que espera del Parlamento, que tiene en sus manos un proyecto de ley que crea la figura del “acto cooperativo”, aclare quienes son los que deben pagar los impuestos y quienes son los verdaderos evasores a los que la Sunat debe fiscalizar.

En el Perú “el modelo cooperativo tiene muchos enemigos, y uno de ellos es la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) que ha iniciado “un acoso injustificado” a las cooperativas cafetaleras que puede terminar en la quiebra de muchas de ellas, manifestó.

El directivo explicó que el caso de los cooperativistas cafetaleros es muy particular. Sus chacras, dijo, están ubicadas en los lugares más remotos del país, donde no hay internet, ni bancos, y a veces ni telefonía, y a donde sólo se accede atravesando selvas de caminos barrosos, en ocasiones obstruídos por aludes, siendo casi imposible la llegada de los inspectores de la Sunat. Allí la palabra formalización suena a sarcasmo.

El gerente de Café Perú que es una organización de derecho privado que agrupa a 11 cooperativas cafetaleras peruanas, explicó que los cafetaleros trabajan todo el año para dejar su producción en los centros de acopio, en las sedes de sus cooperativas. Allí reciben el pago parcial en efectivo por los quintales de café que más tarde deberán ser exportados por su cooperativa. Para pagarles en efectivo la cooperativa se presta dinero.

Los socios reciben el saldo entre octubre y diciembre, cuando la empresa cooperativa ya recibió el efectivo por la exportación, naturalmente al tipo de cambio correspondiente.

Las razones por la que los socios reciben este adelanto son varias. La primera, porque ellos podrían verse tentados a vender su café al que sí tiene dinero, es decir, a las grandes empresas. Otra razón es que muchos de los pueblos donde se encuentran los centros de acopio de las cooperativas carecen de bancos y prefieren recibir efectivo antes que cheques.

Recibir un cheque de Interbank, por ejemplo en Sivia, en la selva de Ayacucho, implicaría viajar hasta la capital de Ayacucho en un aproximado de 8 horas. Es decir, 16 horas de viaje, más otras 16 correspondientes al viajes de ida y vuelta desde sus chacras. En total unas 32 horas, sin sumar las horas de sueño perdido solamente para cobrar un cheque, y sin contar con el peligro de que sea asaltado a su regreso.

Las cooperativas, una vez que reciben el grano de sus socios entregan dinero en efectivo, pero al final cumplen con dar una “liquidación de compra” . Las liquidaciones son admitidas por la Sunat siempre y cuando los socios no tengan RUC, de lo contrario se verían obligados a emitir factura.

La figura que se da es compleja dice Fundes, pues resulta que muchos socios a espaldas de la cooperativa si contaban con un RUC, razón por la cual la Sunat ha acotado a muchas cooperativas con multas que van desde S/. 1´000,000.00 hasta S/. 5´000,000 Nuevos Soles, poniéndolas en peligro de quiebra. Algunas de las víctimas son la cooperativa Agraria Cafetalera Valle Apurímac LTDA en Ayacucho y La Florida, en Junín.

Fundes ha denunciado que en el caso de la cooperativa La Florida, cuyo gerente general es nada menos el presidente de la Junta Nacional del Café, César Rivas Peña, la Sunat prácticamente se ha instalado en sus oficinas buscando cualquier detalle.

El dirigente se ha extrañado de que habiendo muchas manos por donde pasa el café, precisamente el escrutinio se haga precisamente contra una de ellas, las cooperativas, mientras que el ejército de rescatistas (grillos) y acopiadores piratas que compran directamente café en el campo para las grandes empresas queden libres de toda obligación.

El Acto Cooperativo

La propuesta de la Junta Nacional del Café, organismo gremial de los cooperativistas y Café Perú es poner en vigencia la figura del “acto cooperativo”, con la cual el intercambio entre socios y sus cooperativas dejaría de ser considerado “acto comercial” y así terminaría con el cobro indebido.

“Creemos que se debe cobrar a los verdaderos evasores pero la Sunat debe darse el trabajo de buscarlos y no cobrar a las cooperativas ya que estas no lucran sino hacen un servicio a sus socios”, dice Fundes.

Además ha dicho que las cooperativas no se niegan a pagar impuestos, pues lo vienen haciendo, entre ellos el Impuesto a la Renta por el 30 por ciento de sus ganancias, siempre y cuando se trate de tratos comerciales a terceros.

Recordó que los gremios agrarios de la costa, mediante la Ley de Promoción a las Agroexportaciones reciben un descuento del 15 por ciento por concepto de Impuesto a la Renta, mientras que al café, pese a ser un producto que da trabajo a decenas de miles de campesinos, no tiene el mismo trato.

Actualmente la propuesta de la creación del Acto Cooperativo viene siendo impulsada por el congresista nacionalista, José Urquizo, y se encuentra próxima a ser sometida a sesión plenaria, aunque, añadió Fundes, algunos parlamentarios se muestran enemigos de las cooperativas como el congresista Isaac Meckler.

Mientras tanto las cooperativas cafetaleras siguen sintiéndose amenazadas por la Sunat, dependencia del Ministerio de Economía, cuya titular, la ministra Mercedes Aráoz, tuvo la iniciativa de proponer al café como producto de bandera del Perú.

Fuente : http://www.agronegociosperu.org/noticias/200710_n1.htm

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